El Convento de las Salesas Reales es uno de los más importantes conjuntos arquitectónicos y escultóricos de Madrid. Barroco en su estructura y con detalles rococó en su decoración, entronca con la mejor tradición arquitectónica de Europa.
La fachada es de triple pórtico con orden gigante rematado por frontón con el escudo de Bárbara de Braganza. Destacan la gran riqueza ornamental con esculturas en hornacinas y medallones, detalles florales y molduras.
Interior del Convento de las Salesas Reales
Su interior, de una sola nave cubierta por bóveda de cañón con lunetas y cúpula sobre pechina y tambor en el centro del crucero, conserva importantes obras, como los monumentos funerarios de Fernando XI y Bárbara de Braganza. Los mandó construir Carlos III y los realizó Francisco Gutiérrez según traza de Sabatini. Son los mismos autores de la famosa Puerta de Alcalá. En el primero de ellos, distintas alegorías simbolizan la figura del monarca. Dos leones, realizados en bronce, sostienen el cofre. A sus lados, las imágenes de la Abundancia y la Justicia que sostienen la balanza. Sobre el cofre, varios ángeles sostienen los símbolos del poder real y un medallón con el retrato de la reina.
Al otro lado de la nave se encuentra el monumento funerario del general O’Donnell. Es una estatua yacente realizada en estilo neoplateresco por Jerónimo Suñol en el siglo XIX. En una capilla independiente está el sepulcro de Doña Bárbara de Braganza. Se realizó en los mismos términos y por los mismos autores que el de su marido.
En 1870 el convento sufrió las consecuencias de la expropiación. La comunidad religiosa se trasladó entonces al convento de la calle Santa Engracia, las Salesas Nuevas. El monasterio original se transformó en Palacio de Justicia.
Visitar el edificio
La línea 37 de autobús llega hasta la Plaza de las Salesas Reales, junto al Convento de las Salesas Reales. También queda cerca la parada de metro en la Plaza de Colón, desde donde hay que caminar un pequeño trecho.
Se puede acceder de forma totalmente gratuita. Además, no suele ser una iglesia muy concurrida, así que cualquier momento del día es bueno para la visita.