Día 1. El Madrid más monumental. Siempre que visitamos una ciudad hay que tener en cuenta las horas de luz solar de las que dispondremos. No es lo mismo una noche de invierno que una de verano. También hay que tener en consideración el clima. En el caso concreto de Madrid, posiblemente mayo o junio sean los mejores meses en los que hacer la visita. Hay bastantes horas de luz y las temperaturas son bastante agradables, tanto por el día como por la noche.
Comienza el primer día de visita
Un buen punto desde el que iniciar este primer día de visita a Madrid podría ser el Parque del Retiro. Es uno de los grandes parques que tiene la ciudad. Pasear por sus caminos en una época tardía de la primavera nos llenará de paz y tranquilidad. Es un ambiente casi único que se puede respirar dentro de la ciudad. Hay dos puntos que no podemos dejar de visitar dentro del parque: el Palacio de Cristal, situado en un entorno casi idílico; y el lago, donde destaca el monumento levantado en honor a Alfonso XII.
Cerca del lago se sitúa la Avenida de Méjico, que tiene una salida directa a la Plaza de la Independencia. Es el lugar donde se levanta la famosa Puerta de Alcalá. Quizás el mejor punto para fotografiarla sea junto al paso de peatones que cruza la calle de Alcalá a la altura del Parque del Retiro. Desde ahí, se puede ir caminando hasta la Plaza de Cibeles. Es uno de los lugares más emblemáticos de Madrid. Presidida por la fuente de la diosa Cibeles, esta plaza aglutina algunos de los edificios más importantes de la ciudad. Por ejemplo, en una de las esquinas está situado el Palacio de Linares, actual sede de la Casa de América.
En la acera de enfrente se sitúa el majestuoso Palacio de Telecomunicaciones, actual sede del Ayuntamiento de Madrid. Es el edificio desde el cual podremos disfrutar de una de las mejores vistas de la capital gracias al mirador que hay en su octava planta. La visita que puede suponer poco tiempo dependiendo siempre de la cantidad de gente que haya esperando. Cruzando el Paseo del Prado llegaremos al edificio del Banco de España. Es un coloso de grandes proporciones que da comienzo al Madrid más antiguo y castizo.
Gran vía
Subiendo por la calle de Alcalá veremos delante de nosotros el incomparable edificio Metrópolis. En la misma acera en la que se encuentra el ya mencionado Banco de España, se sitúa el edificio del Círculo de Bellas Artes. Es posible subir a su azotea para disfrutar de unas vistas espectaculares de la ciudad.
Cruzando de acera podremos iniciar el recorrido por la Gran Vía madrileña. Es una calle centenaria cuna de edificios de gran valor arquitectónico y miles de historias que han dado lustre a la ciudad. A medida que avanzamos encontraremos sitios tan peculiares como el Museo Grassy, dedicado exclusivamente al mundo del reloj; o el edificio de Telefónica, el primer rascacielos de Madrid y uno de los primeros de Europa. Así llegaremos a la Plaza de Callao, un lugar muy transitado, sin tráfico rodado desde su última remodelación. Desde allí se puede comenzar un paseo por las comerciales calles de Preciados y del Carmen; zonas atestadas de gente especialmente durante la época navideña y las rebajas.
Aquí debemos hacer una mención especial a uno de los lugares más desconocidos de Madrid. En la calle del Carmen se encuentra la entrada al centro comercial de El Corte Inglés. En la última planta hay una cafetería. Merece la pena llegar hasta el final de la sala y sentarse en alguna de las mesas que están pegadas al ventanal. Las vistas desde ahí son sencillamente espectaculares. Se puede así aprovechar para hacer un breve descanso.
Plaza de España
Desde la plaza de Callao se puede seguir por la Gran Vía, cruzando toda la zona de los teatros. Actualmente Madrid es una de las ciudades más importantes en cuanto a número de musicales se refiere. Llegamos así hasta la Plaza de España, donde podremos ver algunos de los edificios más altos de Madrid. Son la Torre de Madrid y el Edificio España. En el centro de la plaza está el Monumento a Cervantes. Allí hay una escultura del escritor así como otra dedicada a don Quijote y al fiel Sancho.
Merece la pena hacer un breve desvío por la calle de Ferraz hasta llegar al templo de Debod. Es un edificio que se encontraba situado en la Nubia egipcia y que llegó a Madrid en 1970. Fue una donación realizada por el gobierno egipcio a España. Se puede visitar gratuitamente. Desde ahí hay que rehacer un poco el camino y dirigirse hacia la calle de Bailén. A la derecha, en un desnivel, podremos ver los Jardines de Sabatini, antiguos jardines del Palacio Real. Es un majestuoso edificio que preside toda esa zona. Antesala del palacio es la Plaza de Oriente, en uno de cuyos extremos podremos vislumbrar el Teatro Real.
Atravesando dicha plaza llegaremos a una pequeña explanada que hay situada entre el Palacio Real y la Catedral de la Almudena. Es recomendable una visita al interior del palacio, algo que puede llevar una hora. Se pueden ver todos los tesoros que hay escondidos en sus salas. También es recomendable entrar en la Catedral y observar esa mezcla de estilos arquitectónicos y artísticos que se dan en sus naves y capillas. Incluso la cripta, cuya entrada está situada en la calle Mayor, es una parte muy bonita. Sin embargo hay que realizar un pago para poder verla.
Calle Mayor
Desde este punto, el camino a seguir sería la calle Mayor en dirección al casco antiguo. Allí encontraremos algunos edificios de renombre como la Iglesia Arzobispal Castrense; y más adelante la Plaza de la Villa con el edificio que antiguamente albergaba las dependencias del Ayuntamiento de Madrid. Un poco más adelante nos encontraremos frente a uno de los muchos accesos que hay a la Plaza Mayor. Es uno de los centros neurálgicos de la ciudad y contiene un gran tránsito de personas, especialmente durante la época navideña gracias a su mercadillo. Destaca especialmente la Casa de la Panadería, con una decoración que diferencia a este edificio del resto que conforman la plaza.
Se puede aprovechar para tomar algún refresco en una de las muchas terrazas que se encuentran en la plaza y después seguir camino hacia la calle Postas, que nos dejará junto a la cercana Puerta del Sol. Es, sin lugar a dudas, el centro de la capital, el lugar de mayor bullicio y de mayor actividad. Un punto de visita obligada para los madrileños y para quienes visitan la ciudad. Un lugar de encuentro y un lugar de reunión presidido por la Real Casa de Correos; es la actual sede de la Presidencia del Gobierno de la Comunidad de Madrid. Este edificio es más conocido por su reloj. Es el encargado de dar las 12 campanadas que marcan el cambio de año. Reúne a a miles de personas en la plaza cada día 31 de diciembre.
Termina el día en el Paseo del Prado
Saliendo por la Carrera de San Jerónimo se baja en dirección al Paseo del Prado. A la izquierda queda el Palacio del Congreso de los Diputados, sede del parlamento español; y a la derecha queda el hotel Palace, una joya arquitectónica de principios del siglo XX donde se alojan muchos personajes famosos que visitan Madrid. Se llega así a la Plaza de Cánovas del Castillo, en cuyo centro se halla la fuente de Neptuno; desde allí se puede llegar rápidamente a dos de los principales museos de la ciudad. Son el Museo Thyssen-Bornemisza y el Museo del Prado.
Al otro lado del hotel Palace se encuentra otro hotel con historia y fama: el Ritz. Desde aquí, y ya para ir terminando la visita de este primer día, se puede llegar hasta la iglesia de San Jerónimo el Real. Es un templo de estilo gótico tardío. Fue refugio de grandes reyes cuando la ciudad apenas era una pequeña villa. Así terminaría el primer día de la visita a Madrid.